El hombre es capaz de hacer cualquier cosa, con tal de cumplir con el destino que cree que le corresponde. Tal razonamiento aplicaría en el filme El último Emperador (The Last Emperor, 1987) bajo la dirección de Bertolucci que nos cuenta la vida de Aixinjueluo Puyi, quien sucedió en diciembre de 1908 a su abuela, la emperatriz china Cixi, debido a la grave enfermedad de ésta última. Puyi contaba con menos de tres años de edad y era hijo del príncipe Zai Feng (hijo de la emperatriz) y de Youlan, la hija del general manchú Ronglu. Debido a su corta edad, su padre fue regente del trono hasta 1911, cuando la revolución Xinhai les obligó a abdicar del poder, aunque conservaron su residencia en la Ciudad Prohibida, así como su servidumbre y una generosa renta. Los hechos narrados en la película se basan en el libro "Ocaso en la Ciudad Prohibida" de Reginald F. Johnston, el cual fue maestro particular de Puyi durante su infancia y juventud y es personificado por el actor Peter O'Toole. Tras la invasión japonesa a Manchuria (en el norte de China), Puyi (un estupendo John Lone) es invitado por el gobierno nipón a fungir como emperador de dicha región, bautizada como Manchukuo, dado su origen materno manchú. Puyi, decidido a ser nuevamente emperador, ahora del acepta la propuesta de los enemigos de su pueblo. Poco a poco se irá percatando que sólo es un títere, ya que el poder es realmente detentado por los militares japoneses. Aunado a eso, su vida matrimonial termina en un desastre, sólo equiparado al final de su efímero reinado debido a la invasión rusa en 1945. El filme no cuenta nada de su periodo en manos de los rusos, sino hasta que es devuelto a China para su reeducación al comunismo.
El final de la película precisamente nos muestra a Puyi, ya anciano, en el sitio donde siendo niño fue alguna vez emperador. Un destino que probablemente fue su perdición. Cabe señalar que Bernardo Bertolucci nos entrega una magnífica historia con escenarios espectaculares y una ambientación excelente. El filme ganó los nueve óscares a la que fue nominada: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Dirección de Arte (Escenografía), Mejor Fotografía, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Edición, Mejor Música Original, Mejor Sonido y Mejor Adaptación. Por tal motivo, el último Emperador es una película que no puede perderse.
El último Emperador: **** (Excelente)
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