Con la televisión analógica predominaron por muchos años las pantallas de tubo de rayos catódicos (CRT) y los televisores de pantallas de proyección. Con el surgimiento de la televisión digital de alta definición (HDTV) se popularizaron de la misma manera las tecnologías orientadas para tal estándar, como son las pantallas de plasma (plasma display panel o PDP) y las de cristal líquido (liquid crystal display o LCD). Para la televisión de alta definición se requieren pantallas con una resolución mínima de 1,280 x 720 pixeles y ambas tecnologías lo cumplen. El plasma (o gas ionizado) funciona mediante pequeñas celdas (cientos de miles de ellas) localizadas entre dos paneles de vidrio que contienen una mezcla de gases inertes (neón y xenón). Además de las celdas de gas, también existen electrodos entre los paneles de vidrio (por delante y detrás de las celdas). Los circuitos de la TV cargan los electrodos creando una diferencia de voltaje entre ambos, ocasionando que el gas de las celdas se ionice y forme un plasma. El choque de los iones de gas contra el electrodo frontal provoca que se emitan fotones (partículas de luz). En los paneles de color, cuya parte trasera de las celdas esta recubierta con fósforo, los fotones ultravioleta emitidos por el plasma excitan el fósforo para generar luz coloreada. Cada pixel es formado por tres sub-pixeles separados, cada uno con fósforos de distinto color (rojo, verde y azul). Tales colores se mezclan creando un color por pixel. Al variar los pulsos de corriente que fluyen a través de las celdas miles de veces por segundo, el sistema de control aumenta o reduce la intensidad de color de cada sub-pixel para crear billones de combinaciones diferentes de rojo, verde y azul, produciendo colores visibles. Las pantallas de plasma utilizan la misma clase de fósforos que las pantallas tradicionales de TV (CRT), lo cual permite una reproducción de color muy exacta. Un esquema de la estructura del plasma se aprecia a continuación:
Por su parte, el LCD consiste en capas múltiples de distintos componentes: dos filtros de polarización, dos capas de vidrio con electrodos, así como moléculas de cristal líquido. El cristal líquido se encuentra contenido entre las capas de vidrio y se encuentran en contacto directo con los electrodos. Los filtros de polarización son las capas externas de esta estructura. La polaridad de un filtro es orientada horizontalmente, mientras que la polaridad del otro filtro se orienta verticalmente. Los electrodos son tratados con una capa de polímero para controlar la alineación de las moléculas de cristal líquido en una dirección particular. Esas moléculas se encuentran distribuidas para coincidir con la orientación horizontal por un lado y con la vertical por el otro, por lo que las moléculas de cristal líquido se encuentran en una estructura doblada o helicoidal. Tales cristales se encuentran doblados naturalmente y se usan en el LCD por su capacidad de reaccionar predeciblemente a la variación de temperatura y la corriente eléctrica. La luz se produce mediante una fuente fluorescente por detrás de la rejilla de cristal líquido. Cuando se aplica un voltaje a través de los electrodos se produce un torque que alinea las moléculas de cristal líquido de manera paralela al campo eléctrico, distorsionando la estructura helicoidal. Si el voltaje aplicado es suficientemente alto, las moléculas de cristal líquido (en cada pixel o punto) rotan para bloquear el paso de la luz. Cada pixel se divide en tres celdas o sub-pixeles, de colores rojo, verde y azul, que puede ser controlado de manera independiente para producir miles o millones de diferentes colores por cada pixel. En algunos modelos nuevos de LCD no se utiliza luz fluorescente sino un diodo emisor de luz (LED) para iluminar cada pixel por separado, lo que permite un mayor contraste de imagen y un menor consumo de corriente eléctrica. La estructura general del LCD se muestra en la siguiente figura:
En la actualidad se venden más pantallas de LCD que de plasma y la tendencia se mantendrá debido a la incursión del LCD (de Sony y Sharp) en el nicho de las pantallas gigantes de plasma (mayores a 40 pulgadas). Los fabricantes de plasma como Matsushita (Panasonic), Hitachi y Pioneer se verán obligados a reducir precios y mejorar sus puntos débiles si desean competir en el mercado a futuro. En conclusión: si su decisión radica exclusivamente en la calidad de imágenes (color, contraste, brillantez y definición), entonces el plasma sería su mejor elección. Pero si considera importante también el precio, variedad de tamaños, consumo de energía eléctrica, vida útil, fragilidad, peso, resolución, condiciones de luz externa, resistencia al uso de imágenes estáticas, etc., entonces debe considerar adquirir una pantalla de LCD.
Ahora bien, cada tecnología tiene ventajas y desventajas al compararlas entre sí. En aspectos relacionados únicamente con la calidad de la imagen el plasma posee ventajas (ver el cuadro correspondiente) sobre el LCD debido a un mejor color, contraste, brillantez y detalle (definición) de imágenes, debido a que el LCD tiende a difuminar las imágenes en movimiento (fantasmas) por su mayor tiempo de respuesta de pixel (debido a limitaciones en la velocidad de rotación de las moléculas de cristal líquido). El contraste es la diferencia entre los colores más brillante y más obscuro que la pantalla puede producir (el blanco y el negro) y se mide mediante una relación para la cual el plasma alcanza 10,000:1, mientras que el LCD apenas logra 1,200:1 (aunque algunas pantallas de LCD usan un método dinámico que les permite alcanzar un contraste de 5,000:1). Por tal motivo el plasma es capaz de presentar imágenes de color negro de manera casi perfecta, mientras que el LCD apenas lo hace en gris obscuro, por lo que el plasma es más recomendable para los sistemas de entretenimiento en casa. Además, en pantallas muy grandes, es común que el LCD presente defectos en algunos pixeles, lo cual es menos común en el plasma. Por su parte, las pantallas de LCD ofrecen en promedio una mayor resolución (1080 contra 720 del plasma), tienen un mayor ángulo de visión, de alrededor de 175 grados, mientras que para el plasma es de 160 grados. Las pantallas de plasma son más frágiles (y delicadas en su manejo) que las de LCD, por lo que se requiere instalarse cuidadosamente (preferentemente por personal especializado). Debido a su mayor peso, los televisores de plasma pueden requerir de anclajes especiales si se desean montar en la pared, mientras que las de LCD son mucho más ligeras. Asimismo, las pantallas de LCD consumen menor cantidad de energía eléctrica (30-50% menos) y generan menos calor que las de plasma, por lo que éstas últimas requieren de ventilación adecuada (no se recomienda instalarlas dentro de muebles). Su grosor es de tres pulgadas comparadas con las dos pulgadas de las de LCD. Las pantallas de cristal líquido se ven mejor con luz de día debido a que no reflejan mucha luz, lo que permite conservar su brillantez de imágenes en una habitación muy iluminada. Por el contrario, los televisores de plasma tienen una superficie de vidrio que refleja la luz externa, lo que reduce el contraste y la brillantez de sus imágenes. A grandes alturas (no sólo en aviones sino en sitios arriba de 2,000 metros sobre el nivel del mar) el gas de las celdas del plasma es afectado por la menor presión atmosférica lo que afecta su desempeño e incluso genera un zumbido, mientras que el LCD es inmune a tales condiciones. En cuanto al precio, ninguna de ambas tecnologías son (aún) económicas para pantallas grandes, pero para dimensiones similares el plasma es más caro que el LCD e incluso no existen pantallas de plasma en tamaño pequeño (aunque en pantallas muy grandes los precios tienden a equilibrarse). La vida útil de la pantalla de LCD es promedio mayor al plasma (cuya duración, en algunos casos, es apenas de 30,000 horas), aunque en ambas tecnologías algunos modelos tienen una vida de 60,000 horas antes de que su brillantez de pantalla se reduzca a la mitad. Aunque los televisores actuales de plasma ya cuentan con una función que evita el quemado de la pantalla con imágenes estáticas (anti-burn-in), se recomienda evitar utilizar permanentemente el televisor con imágenes o iconos fijos (como las siglas de CNN) pues pueden marcar permanentemente la pantalla, cosa que no sucede con el LCD. Por ello se recomienda utilizar el LCD para pantallas de computadora.
En la actualidad se venden más pantallas de LCD que de plasma y la tendencia se mantendrá debido a la incursión del LCD (de Sony y Sharp) en el nicho de las pantallas gigantes de plasma (mayores a 40 pulgadas). Los fabricantes de plasma como Matsushita (Panasonic), Hitachi y Pioneer se verán obligados a reducir precios y mejorar sus puntos débiles si desean competir en el mercado a futuro. En conclusión: si su decisión radica exclusivamente en la calidad de imágenes (color, contraste, brillantez y definición), entonces el plasma sería su mejor elección. Pero si considera importante también el precio, variedad de tamaños, consumo de energía eléctrica, vida útil, fragilidad, peso, resolución, condiciones de luz externa, resistencia al uso de imágenes estáticas, etc., entonces debe considerar adquirir una pantalla de LCD.
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